Aclimatación
MAL DE ALTURA
PAUTAS PARA UNA BUENA ACLIMATACIÓN
Normalmente, cuando nos movemos por la península, no tenemos necesidad de preocuparnos por la aparición del mal de altura. Ello se debe a que, salvo contadas excepciones, como el Teide, el Aneto, el Mulhacén, ....no tienen una altitud preocupante.
Otra cosa muy distinta son los Himalaya. Allí entramos de lleno en lo que denominamos Alta Montaña donde los problemas originados por las diferencias de presión se agudizan y se hace necesario prestarles mucha atención.
Para comenzar a preocuparnos por la aclimatación vamos a partir de los 2.500 metros, máxime si, como es el caso, vamos a superar ampliamente los 4000 metros.
La primera norma a seguir es no ascender más de 400 metros por día, para dar tiempo a nuestro organismos a daptarse a las nuevas condiciones. Es una buena práctica ascender algo más y bajar a dormir dentro de ese margen de 400 metros.
Hay que beber mucho y hacerlos progresivamente. Es mejor beber muchas veces poco que mucho de una sola vez. Ver el apartado de equipamientos. Lo recomendable es ingerir un litro de líquido por cada 1000 metros de altitud ( agua, sopas, tés,...).
Ir a un ritmo donde en el que te sientas cómodo y sin cargar demasiado peso.
Como al dormir respiramos menos, y por tanto aspiramos menos oxígeno, es conveniente levantarse con tiempo y no lanzarse rápidamente a caminar. Es una buena costumbre desayunar despacio e ingerir los nutrientes adecuados, evitando grasas y productos animales.
Finalmente quiero comentarte que el mal de altura es imprevisible, por eso hay que prevenirlo. Muchas veces puedes ascender sin problemas y a la siguiente sufrirlo. Por tanto estas normas son para todas las personas, cualquiera que sea su condición.