Durante el viaje
PREPÁRALOS
Si hemos realizado una buena preparación física, siguiendo las pautas anteriores, el largo viaje en avión, de más de dieciseis horas, no debe ser motivo para que lleguemos en malas condiciones. En viajes tan largos se suele producir un cambio en los bioritmos que afecta de manera desigual a cada persona. Mi experiencia me dice que sistematizando el viaje no debemos sentirnos demasiado molestos a nuestra llegada a Kathmandu.
Lo primero es estar predispuesto a realizar un buen viaje, para lo que iremos provistos de alguna revista, de algún libro de letra no muy pequeña, o de nuestra música preferida. Debemos intentar ceñirnos a nuestro comportamiento habitual y, si por ejemplo nos acostamos a las doce, pues a esa hora intentaremos dormir, o al menos descansar con los ojos cerrados. Debemos tomar todas las comidas que nos vayan ofreciendo, y beber abundantemente. En horas de vigilia podremos levantarnos a dar un paseo por el avió³n y charlar con los compañeros pero, si preferimos quedarnos en nuestro sitio efectuaremos frecuentes estiramientos de extremidades y movimientos de cuello, cintura y tobillos.
Hay que aprovechar los calcetines que nos dan en los viajes largos para quitarnos los zapatos y descansar los pies, pero procurando que no se enfríen.
En la escala que suele realizarse en Doha (o en cualquier aeropuerto intermedio según la ruta) procura pasear y beber, en lugar de permanecer aplotronado en una silla. Haz que tu organismo funcione.
Creo que con estas breves y sencillas normas el viaje puede hacerse relativamente agradable. Y una recomendación final: no vayas martirizándote por las horas que faltan. Verás que pasan antes de lo que piensas.